miras la arena, cayendo al suelo,
esbozas la sonrisa, quiero no puedo,
el corazón pesado, la mente liviana,
el grajo escondido, en la zarza piaba.
Tic tac, suena el reloj,
nubes negras acechan el firmamento,
golondrinas fugaces se alejan con el viento,
revisas tu hogar, vacío por dentro,
volar junto a ellas o pasar solo, el frío invierno.
Tic tac, suena el reloj,
manecillas infernales con lento movimiento,
sientes la sangre agolparse en tu pecho,
la luna ya brilla mostrando su lecho,
cuanto esperarás para ponerte en movimiento.
Tic tac, suena el reloj,
bulle la razón, muere el pensamiento,
se tensan los músculos, arco al lanzamiento,
ideas que mueren, en velados susurros,
el último grito ha sido mudo.
Tic tac, suena el reloj,
tambores redoblan, montañas con estruendo,
suenan clarines, por un rey muerto,
tus alas blancas por la luna bañadas,
surgen entre la negrura como antorchas incendiadas.
Tic tac, el reloj se paró,
llegó la hora, el momento,
acabó el letargo, el maestro esta despierto,
suena el agua, retumba el trueno,
por fin ha llegado el fin del lamento.
Tic tac, comienza el tiempo,
no midas las horas, no midas esfuerzos,
no cuentes comida, tampoco el dinero,
actúa de puntillas, veloz como el viento,
enciende una idea, prende la llama…
El dardo fugaz ha dado en el centro,
has dado calor al frío invierno,
has dado vida al yo, desterrando al ego,
has logrado que el reloj no mida tu tiempo.
Javi 2013
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